Por Ramón Encarnación
Luego del ajusticiamiento del tirano Trujillo, posiblemente, en las únicas dos elecciones en las que no se compró cédulas, son la celebrada el 20 de diciembre del 1962, que ganó abrumadoramente el profesor Bosch y las celebradas en el año 1966 en la que ganó el licenciado Joaquín Balaguer. Ya para la primera reelección de Balaguer, en el año 1970, ahí mismo se inició el proceso de manipulación y compras de cédulas a los votantes dominicanos.
Pues, hacemos el introito, porque entendemos que es necesario ya que los dominicanos debemos darle un nuevo giro a los procesos eleccionarios que más que elecciones, son espectáculos de mal gusto que es posible que ni en el Macondo de García Márquez se vieran cosas iguales.
Y, ¿por qué creemos que siendo el voto obligatorio de cada ciudadano dominicano se erradicaría esta práctica por completo? Sencillo.
No acostumbro a escribir tan extensamente, pero el tema lo amerita y excúsenme por esta vez.
Siendo obligatorio el voto, los candidatos corruptos, que los hay en todos los partidos, aún cuando intentaran comprar la cédula a algún votante, perderían su dinero, porque la Junta Central Electoral, podría permitirle votar con una copia de la misma, pero ahí quedaría al descubierto de que este votante hizo algo anormal con su cédula antes del día de las votaciones, aunque adujera la pérdida de dicho documento que es posible que lo haga.
Luego de que se le permita votar a este ciudadano con la copia de su cédula, la JCE lo incluiría en una lista de cédulas inhabilitadas para hacer cualquier tipo de transacciones bancarias, viajes al exterior, etcétera y cuando este ciudadano quiera habilitar su cédula, debe ponérsele un costo entre 5 y 10 mil pesos para obtener su duplicado y aunque parezca arbitrario esto, ciertamente, tanto los candidatos corruptos como los votantes inciviles, lo pensarían dos veces, para hacer tan desleznable transacción.
Es posible, creemos, que esto frene tan asquerosa práctica que poco a poco ha venido cercenando la democracia dominicana, si es que podemos llamarle democracia.
¡Ahhh! Podría aducirse que esta persona a quien se le permitió votar con una copia de su cédula, podría volver a votar, pero no así. No apareciendo en otro padrón, ni en ninguna otra parte, no podría hacerlo porque aparecería registrado, tal como se hace cuando ejercemos el voto.
No sabemos cómo usted lo vea, pero así pensamos nosotros…